Dibujar, enseñar y trazar puentes entre diferentes culturas. Eso es lo que se propusieron Iván Kerner y Mey Clerici, dos apasionados por la docencia, mucho antes de empezar a viajar con el sueño de Pequeños Grandes Mundos. A comienzo de 2014 Iván estaba en el norte argentino cuando tomó la decisión de concretar su sueño de dar la vuelta al mundo para dar talleres de arte gratuitos a los chicos de diferentes comunidades. Al poco tiempo se sumó Mey Clerici, y gracias a la financiación colectiva dejaron su huella en 32 países y en 23 provincias argentinas.
El primer gran salto fue cuando partieron de América Latina para enseñar en África. Una tarde Iván preguntó: «¿Alguien nos puede dar algún dato de Etiopía?», así comenzó ese viaje. «Incentivar, a través del arte, a los chicos a contar con dibujos cómo viven, qué piensan y qué sienten, eso era lo que queríamos», contó Iván a TN.com.ar. Durante dos años recorrieron lugares como un centro de refugiados en Alemania y hasta un pueblito en Siria. La experiencia fue tan exitosa que decidieron repetirla en la Argentina.
Durante todo el verano de 2017 coordinaron con directores y maestros de las diferentes provincias cómo serían las clases y dónde podían dormir. Una vez con el mapa listo, en marzo de 2017 cargaron la camioneta con hojas, temperas, crayones y juegos y llegaron hasta el primer destino: una escuela rural en Santiago del Estero, en el paraje Diaspa. «Una escuelita muy humilde con nueve chicos de primero a séptimo grado. Una maestra que se encargaba de todo, hasta de preparar el guiso que almorzaban», explicó Iván.
La idea era quedarse una semana en cada una de las 23 escuelas rurales. La fórmula siempre era la misma: una escuela, en una provincia. En Catamarca, se encontraron con ocho chicos y una maestra. Así siguieron hasta llegar al sur de la Argentina. La última escuelita por la que pasaron en 2017 fue en Bariloche. Cuando comenzaron las clases en marzo, retomaron el mapa para completar el sueño. Fueron a La Pampa, Buenos Aire y a la última, en Entre Ríos.
En cada escuela, además de relacionarse con los chicos y los docentes, conocieron a sus familias, su cultura y muchas veces sus problemáticas. «Enseñamos a pintar, pero les hacíamos entender que lo más importante era que cada uno de ellos compartiera su conocimiento y dibujara sobre el lugar donde vivían. Así llevábamos todo ese material a otro lugar y hacíamos puentes entre diferentes realidades», indicaron.
Ver la realidad de estas 23 escuelas los ayudó a tomar dimensión de las condiciones en las que los chicos aprenden en el país. «Había algunas escuelas que no estaban en buen estado. Nos encontramos con algunas muy chiquitas, una muy venida abajo, de la que nadie se entera que está ahí. Que sobreviven gracias a que hay padrinos que se encargan de llevar un montón de cosas. Otras en cambio, tienen wifi, y están más equipadas», contaron.
Simeona, la directora de la escuela en Entre Ríos le decía emocionada a TN.com.ar que para ellos es muy importante sentirse elegidos. «Es un orgullo muy grande que Iván y Mey hayan venido a nuestro paraje». En total son 29 familias en Yacaré. Algunos chicos todavía siguen llegando a clase en caballo. Con Pequeños Grandes Mundos, la pareja de profes les enseñó sobre cosas que no conocían y les regaló tiempo, algo que los chicos agradecen con dibujos, abrazos y sonrisas.
Ahora, que terminaron, Iván y Mey esperan poder cumplir otro sueño: armar un libro que recopile todas las historias y hacerlo llegar a todas las escuelas para que sea material de divulgación. «Fuimos hasta donde los chicos estaban más invisibilizados y queremos que los conozcan, que se sepa quiénes son los chicos de esa otra Argentina», concluyó Mey.
Gentileza de TN.